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jueves, 21 de agosto de 2014
Mujer" Soy fuerte porque conozco la debilidad. Soy apasionada porque he experimentado el sufrimiento. Sonrío porque conozco la tristeza. Puedo amar porque conozco la pérdida. Aprecio el silencio porque conozco el ruido. Aprecio la compañía porque conozco la soledad. Puedo llorar de felicidad porque sé lo que es llorar de tristeza. Nunca pierdas las Esperanzas y deja que tu corazón siga siendo joven. La edad está en la mente, en la actitud, en las ganas de vivir y disfrutar

PARA REFLEXIONAR
"NO TE LLEVAS NADA"
Un hombre murió; al darse cuenta viò que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Y Dios le dijo:
- "Bien, hijo... es hora de irnos".
El hombre asombrado le preguntó a Dios:
- "¿Ya?, ¿tan pronto?; tenía muchos planes".
- "Lo siento hijo pero es el momento de tu partida".
- "¿Qué traes en la maleta?".
DIOS le respondió:
- "Tus pertenencias".
- "...¿Mis pertenencias?, ¿traes mis cosas, mi ropa, mi dinero?".
Dios le respondió:
- "Eso nunca te perteneció, ¡eran de la tierra!".
- "¿Traes mis recuerdos?".
- "Ésos nunca te pertenecieron, eran del tiempo".
- "¿Traes mis talentos?".
- "Ésos no te pertenecieron, eran de las circunstancias".
- "¿Traes a mis amigos, a mis familiares?".
- "Lo siento hijo, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino".
- "¿Traes a mi mujer y a mis hijos?".
- "Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón".
- "¿Traes mi cuerpo?".
- "Nunca te perteneció, tan sólo era materia de la naturaleza".
- "Entonces... ¿traes mi alma?".
- "¡No hijo!. Tu espíritu en realidad es mío".
Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla... se dio cuenta de que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre le dijo a Dios:
- "¿Nunca tuve nada?".
- "Así es hijo mío... Cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos... La vida es sólo un momento... ¡¡Un momento sólo tuyo!!"

Un hombre murió; al darse cuenta viò que se acercaba Dios y que llevaba una maleta consigo. Y Dios le dijo:
- "Bien, hijo... es hora de irnos".
El hombre asombrado le preguntó a Dios:
- "¿Ya?, ¿tan pronto?; tenía muchos planes".
- "Lo siento hijo pero es el momento de tu partida".
- "¿Qué traes en la maleta?".
DIOS le respondió:
- "Tus pertenencias".
- "...¿Mis pertenencias?, ¿traes mis cosas, mi ropa, mi dinero?".
Dios le respondió:
- "Eso nunca te perteneció, ¡eran de la tierra!".
- "¿Traes mis recuerdos?".
- "Ésos nunca te pertenecieron, eran del tiempo".
- "¿Traes mis talentos?".
- "Ésos no te pertenecieron, eran de las circunstancias".
- "¿Traes a mis amigos, a mis familiares?".
- "Lo siento hijo, ellos nunca te pertenecieron, eran del camino".
- "¿Traes a mi mujer y a mis hijos?".
- "Ellos nunca te pertenecieron, eran de tu corazón".
- "¿Traes mi cuerpo?".
- "Nunca te perteneció, tan sólo era materia de la naturaleza".
- "Entonces... ¿traes mi alma?".
- "¡No hijo!. Tu espíritu en realidad es mío".
Entonces el hombre lleno de miedo, le arrebató a Dios la maleta y al abrirla... se dio cuenta de que estaba vacía. Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre le dijo a Dios:
- "¿Nunca tuve nada?".
- "Así es hijo mío... Cada uno de los momentos que viviste fueron sólo tuyos... La vida es sólo un momento... ¡¡Un momento sólo tuyo!!"