Nunca permitas que tu cabeza gobierne tu corazón y jamás consientas lo contrario, la cabeza es fría y el corazón caliente. Conserva una buena comunicación entre ambos. No confíes demasiado en la razón de ninguno de los dos, porque ninguno la tiene. Mejor aprende a hacer audiencia con ellos para la toma de decisiones, que afectaran tu vida. Y solo así mantendrás el temple que necesitas.
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