Si los malos pensamientos penetran en tu mente, no uses tu fuerza de voluntad para eliminarlos, porqué abrumarás a tu mente, perderás tu energía, y te fatigarás. Cuanto más luches contra los malos pensamientos, estos más y más redoblarán su fuerza. Sé indiferente a ellos. Considérate un simple testigo de tus propios pensamientos. Sustituye los malos pensamientos por pensamientos divinos. Asi, te dejarán en paz.
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