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martes, 28 de enero de 2014

En ocasiones necesitamos una descarga física para aflojarnos. Las experiencias y las emociones pueden quedar aprisionadas en el cuerpo.

Foto: En ocasiones necesitamos una descarga física para aflojarnos. Las experiencias y las emociones pueden quedar aprisionadas en el cuerpo. Vociferar en el interior del coche, con todas las ventanillas cerradas, puede ser una excelente descarga si hemos estado sofocando nuestra expresión verbal. Aporrear la cama o patear cojines es una manera inofensiva de liberar la furia contenida, como lo es jugar al tenis o correr.
Hace cierto tiempo, me pasé uno o dos días con un dolor en el hombro. Procuré no hacerle caso, pero no se me iba. Finalmente, me decidí a preguntarme qué era lo que pasaba, y qué era exactamente lo que sentía.
“Es como una sensación de quemadura. Quemadura… quemadura… eso significa enojo. ¿Por qué estás enojada?”
Como no se me ocurría por qué estaba enojada, me dije: “Bueno, vamos a ver si podemos descubrirlo”. Puse sobre la cama dos grandes cojines y empecé a aporrearlos con todas mis fuerzas.
Después de una docena de golpes me di cuenta exactamente de por qué estaba enojada. Era clarísimo. Seguí golpeando los almohadones y gritando para descargar las emociones de mi cuerpo. Una vez que hube terminado me sentí mucho mejor, y al día siguiente el hombro estaba como nuevo.


[Louis Hay]

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