ENVEJECER CON DIGNIDAD Cuidarás tu presentación todos los días. Viste bien, arréglate como si fueras a una fiesta, qué mas fiesta que la vida. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario, saldrás a la calle y al campo de paseo, agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una caminata razonable, dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia. Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose, no. Que la gente diga un piropo cuando pases. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques.
No hay comentarios:
Publicar un comentario