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martes, 24 de junio de 2014

Decálogo de la felicidad – extraído del libro No te rindas No te obsesiones con ser feliz. La tristeza y la felicidad son estados cíclicos naturales, ya que dependen de los acontecimientos, y no debemos tratar de retenerlos. Ten un proyecto de vida coherente y realista y estarás en la rampa de salida hacia la felicidad. Concédete el perdón. Cuando creas que has hecho algo mal y has dañado a alguien, aplícate la importancia de perdonarte a ti mismo, además de perdonar a los demás, y aplica los cambios necesarios para que no vuelva a suceder. Desactiva la depresión. Existen dos clases: la endógena, producida por un desorden químico, y la exógena, producida por un trauma. En el primer caso puede solucionarse con pastillas; en el segundo, es necesario afrontar el problema con terapia psicológica. Aprende del fracaso y de las crisis. Cuando hemos conseguido avanzar, no recordamos el camino ni los momentos de crisis, pero son precisamente esos momentos los que nos ayudan a encontrarnos donde estamos, así como a conocer nuestros puntos fuertes y débiles. El fracaso enseña lo que el éxito oculta.

Foto: Decálogo de la felicidad – 
extraído del libro No te rindas
No te obsesiones con ser feliz. La tristeza y la felicidad son estados cíclicos naturales, ya que dependen de los acontecimientos, y no debemos tratar de retenerlos. Ten un proyecto de vida coherente y realista y estarás en la rampa de salida hacia la felicidad.
Concédete el perdón. Cuando creas que has hecho algo mal y has dañado a alguien, aplícate la importancia de perdonarte a ti mismo, además de perdonar a los demás, y aplica los cambios necesarios para que no vuelva a suceder.
Desactiva la depresión. Existen dos clases: la endógena, producida por un desorden químico, y la exógena, producida por un trauma. En el primer caso puede solucionarse con pastillas; en el segundo, es necesario afrontar el problema con terapia psicológica.
Aprende del fracaso y de las crisis. Cuando hemos conseguido avanzar, no recordamos el camino ni los momentos de crisis, pero son precisamente esos momentos los que nos ayudan a encontrarnos donde estamos, así como a conocer nuestros puntos fuertes y débiles. El fracaso enseña lo que el éxito oculta.

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