Seguiremos siendo los amantes de siempre, así tan prohibidos, así tan secretos, cerrando la puerta para que nadie vea que cuando estamos juntos el mundo se detiene, tocamos el cielo mientras nos amamos, fusionamos nuestras almas al compás de los movimientos eróticos de nuestros cuerpos, aunque al salir a la calle volvamos a ser dos extraños más en este mundo de conocidos...
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