Perdonar
Con la ayuda de Dios, perdono.
En este nuevo año, hago un inventario de mi vida para evaluar lo que deseo y lo que no. Me pregunto: “¿Qué estoy experimentando en mi mente y mi corazón?” Al observar mis pensamientos y sentimientos, tomo nota de lo que deseo conservar y de lo que estoy listo para dejar ir.
Mantengo los pensamientos, las creencias y los hábitos que fomentan mi crecimiento espiritual, enriquecen mis relaciones personales y sostienen mi bienestar. Si guardo resentimientos, busco la guía de Dios para liberarme de esa carga.
Estoy dispuesto a perdonar a otros y a mí mismo, a dejar ir y a confiar en Dios. Con cada acto de perdón, me siento más ligero e invito mayor bien a cada área de mi vida.
Perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.—Efesios 4:32