Vida feliz
Dirijo mi energía apropiadamente, y vivo una vida feliz
La vida es energía y los resultados que veo en ella son una reflexión de cómo dirijo mi energía. Si la vida no parece satisfactoria, quizás necesite prestar atención a la guía de Dios. La vida es para vivirla plenamente e intencionalmente. Cuando mis conversaciones y pensamientos son positivos y edificantes, contribuyo a la paz y la armonía en mi hogar, en el trabajo y en el mundo.
Tengo una perspectiva gozosa de la vida. Mis pensamientos son edificantes; mis palabras son amables y efectivas; y mis acciones tienen propósito y significado. Al permitir que el espíritu de Dios en mí dirija mis acciones y actitudes de maneras constructivas, llevo una vida feliz.
Ni mi palabra ni mi predicación se basaron en palabras persuasivas de sabiduría humana, sino en la demostración del Espíritu.—1 Corintios 2:4