hay que aprender a amar sin medida y a perdonar sin razón; hay que olvidar, pero olvidar de verdad, rencores y agravios, y dejar ir la culpa. Es algo al alcance de la mano de todos: basta con proponerse dejar de patear la pelota fuera de la cancha. La pelota está a tus pies. El arco está enfrente. Respirás hondo. Sí, ahora. Confianza, coraje, patea, hazle un golaaaso a la VIDA!!!
El idioma del corazón es universal; sólo se necesita sensibilidad para entender y hablarle.
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