Curación
Soy pleno y sano en mente, cuerpo y espíritu.
Cada acontecimiento en mi vida me da la oportunidad de sanar y crecer emocional, física y espiritualmente. Aprovecho estas oportunidades y prosigo con confianza hacia la salud. Si las acciones de otros me han herido o si el temor y la duda me han descorazonado, oro por guía y apoyo. Recibo fortaleza al enfocar mi atención en mi unidad con Dios.
Si busco sanar una herida o una enfermedad física, confío en el poder de Dios en mí. Abro mi mente y mi corazón a la curación divina. Doy gracias por quienes tienen las habilidades, el conocimiento y la sabiduría para ayudarme a sanar, y permito que lo hagan. Mi bienestar depende de mi comunicación continua con Dios.
Solamente da la orden, y mi criado quedará sano.—Mateo 8:8
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