Oportunidad
El poder de Dios en mí da expresión a mi verdadero yo.
A veces sentimos como que si fuéramos nuestro peor enemigo. Quizás pensemos: “Si pudiera quitarme de en medio, todo estaría bien”. Cuando enfrentemos este estado de inquietud interna, recordemos que gracias al poder de Dios podemos recobrar la paz.
En vez de condenarnos o desesperarnos, recordemos que aunque sintamos que no hemos dado la talla, siempre tenemos una segunda oportunidad para hacerlo mejor. El ser que parece dar pasos en falso o batallar no es nuestro ser verdadero.
Nuestro ser verdadero —creado a la imagen y semejanza de Dios— no puede fallar. Al unificar nuestros pensamientos, emociones y deseos con el espíritu de Dios en nosotros, somos bendecidos con un nuevo día.
Nadie puede servir a dos amos.—Mateo 6:24
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