Guía
Actúo según la guía divina.
Quizás no reciba respuestas inmediatas a las preguntas de mi corazón cuando oro; mas no me rindo. Cada vez que oro o medito, me alineo con el silbo apacible y delicado en mí. La oración sosiega mi alma y abre mi conciencia a la guía divina.
En cualquier momento, mi guía interna puede ayudarme a trascender una situación perturbadora o a dejar ir un pensamiento atribulado.
Una idea divina llega a mi mente mientras descanso en un medio ambiente conocido o lejos de mi rutina diaria. Dondequiera y comoquiera que tome conciencia de mi guía, sé que estuvo en mí todo el tiempo. Se hizo clara en el momento correcto para que yo actuara según ella.
Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: —¡Moisés! ¡Moisés! —Aquí estoy —contestó Moisés.—Éxodo 3:4
Bendiciones
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