Sin temor
No tengo temor, porque Dios siempre está conmigo y en mí.
Mi conciencia de la presencia de Dios es la base de fe que me apoya y me inspira a vivir con confianza y sin temor. Al despertar después de una noche de sueño reparador, mis primeros pensamientos son de gratitud por la presencia moradora de Dios durante la noche y por el amanecer de un nuevo día repleto de potencial.
Recibo con beneplácito la aventura que es mi vida. Expreso mis ideas e interactúo con los demás abiertamente, con seguridad en mí mismo.
Si necesito cambiar el rumbo, los métodos utilizados o comenzar de nuevo, enfrento el reto sin temor, porque sé que Dios está conmigo y en mí.
Al final del día, doy gracias por la presencia de Dios que me apoya en cada paso del camino.
Dios va delante de ti; él estará contigo… No temas ni te intimides.—Deuteronomio 31:8
Bendiciones,
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