Guía
Estoy receptivo a la sabiduría infinita.
Bien sea que yo lo haya buscado o parezca que me lo han impuesto, el cambio es inquietante. Quizás pregunte: “¿Qué debo hacer?” Aunque el consejo de los demás puede ser útil, también puede llevarme a pensar demasiado, al punto que me siento más confundido.
Recuerdo ir a mi interior para arrojar luz divina al asunto. Al ir más allá de las apariencias superficiales, me vuelvo receptivo a la sabiduría infinita. Aquieto mi mente, y en la quietud, despierto mi intuición. Sé que las respuestas están en mí, y espero que surjan. Con claridad y calma, me lleno de valor para actuar según la guía divina que recibo. Siento gratitud por el bien mayor que se desenvuelve por medio de mí ahora.
Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria.—Salmo 73:24
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