Paz interna
Estoy en paz.
Estoy en paz. Estas palabras aquietan mis pensamientos y calman mi mente. Las digo suavemente, sintiendo que su tierna vibración fluye en mi cuerpo. La tensión se disipa. Estoy tranquila; estoy en paz.
Siento la paz de la presencia crística al enfocar mi atención en mi interior. La fuente verdadera de paz interna está siempre en mí. Alineado conscientemente con este centro de paz, dejo ir cualquier preocupación acerca del mundo externo.
Suelto el temor, el dolor y las expectativas de los demás.
Dejo ir cualquier inquietud acerca de mis responsabilidades, sabiendo que regresaré a ellas renovada y con nueva energía. Acepto con agradecimiento la paz del Cristo morador y la llevo conmigo durante todo este día.
La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da.—Juan 14:27
Bendiciones,
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