Ponte en los zapatos de tu adversario
La vida suele ser como una prenda de vestir, cada persona se amolda a lo que le concierne vivir;
no podemos pretender mover las fichas que no nos corresponden jugar y dejar de lado las nuestras, corriendo el riesgo de perder la partida y fracasar, tan solo porque nunca
valoramos lo que tuvimos y solo estuvimos pendientes de lo que hacían o dejaban de hacer los demás, para comparar y quejarnos, sentir envidia o renegar.
Por eso, antes de burlarnos, criticar, condenar o señalar; hay que saber ponerse por un instante en los zapatos de los demás, para entender lo que viven, sienten y piensan; sin
pretender nunca saberlo así no más, porque es imposible penetrar a lo más profundo del ser , el alma es el lugar sagrado al cual no todo el mundo sabe llegar.
Ponerse en los zapatos del otro, ayuda a vivir la solidaridad, a ser más tolerantes y compresivos, y construir fraternidad;
porque sabiendo lo que el otro vive, sin sentir envidia, ni comparar ni juzgar; nos ayuda a no hacerle a los demás lo que
no queremos que nos hagan, también se fortalecen los lazos de amistad, se permite que surja la confianza, que nos valoremos unos a otros y que así logremos alcanzar la verdadera paz.
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