Seamos honrados con nosotros mismos
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El principal valor de la honestidad está en que cualquier cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta. La ley de causa y efecto siempre opera a todos los niveles.
Si menospreciamos o juzgamos a otras personas, también nosotros seremos juzgados. Si siempre estamos enfadados, entonces encontraremos enfado donde quiera que vayamos. El amor que nos tenemos a nosotros mismos nos mantiene en armonía con el amor que la vida nos tiene reservado...
Asumir la responsabilidad de crearnos las propias experiencias no es una idea que estemos dispuestos a aceptar siempre, tal vez sólo algunas veces. Es mucho más fácil echar la culpa a algo que está fuera de nosotros, pero comprendamos que no puede haber crecimiento espiritual mientras no reconozcamos que fuera de nosotros hay poca cosa de valor, que todo viene de adentro...
Si en tu vida hay muchas pérdidas o muchas cosas que van mal, podrías examinar de qué formas robas tú. Algunas personas que jamás soñarían siquiera con robar cosas, se sienten con todo el derecho de robar tiempo o autoestima a otras personas...
Cuando cogemos algo que no es nuestro, casi siempre perdemos algo de mayor valor. Podríamos coger dinero o algún objeto y después perder una amistad.
Si le robamos a un amigo, tal vez podríamos perder el empleo. Si robamos sellos o bolígrafos de la oficina, podríamos perder un tren o faltar a una cita para cenar.
Las pérdidas casi siempre nos dañan en un aspecto importante de nuestra vida. Es lamentable que muchas personas roben cosas a empresas grandes, grandes almacenes, restaurantes u hoteles, etcétera, justificándose con el hecho de que estas empresas pueden permitírselo.
este tipo de justificación no funciona; la ley de causa y efecto continúa operando para cada uno de nosotros.
Si robamos algo, perdemos algo. Si damos, recibimos. No puede ser de otra forma...
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El principal valor de la honestidad está en que cualquier cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta. La ley de causa y efecto siempre opera a todos los niveles.
Si menospreciamos o juzgamos a otras personas, también nosotros seremos juzgados. Si siempre estamos enfadados, entonces encontraremos enfado donde quiera que vayamos. El amor que nos tenemos a nosotros mismos nos mantiene en armonía con el amor que la vida nos tiene reservado...
Asumir la responsabilidad de crearnos las propias experiencias no es una idea que estemos dispuestos a aceptar siempre, tal vez sólo algunas veces. Es mucho más fácil echar la culpa a algo que está fuera de nosotros, pero comprendamos que no puede haber crecimiento espiritual mientras no reconozcamos que fuera de nosotros hay poca cosa de valor, que todo viene de adentro...
Si en tu vida hay muchas pérdidas o muchas cosas que van mal, podrías examinar de qué formas robas tú. Algunas personas que jamás soñarían siquiera con robar cosas, se sienten con todo el derecho de robar tiempo o autoestima a otras personas...
Cuando cogemos algo que no es nuestro, casi siempre perdemos algo de mayor valor. Podríamos coger dinero o algún objeto y después perder una amistad.
Si le robamos a un amigo, tal vez podríamos perder el empleo. Si robamos sellos o bolígrafos de la oficina, podríamos perder un tren o faltar a una cita para cenar.
Las pérdidas casi siempre nos dañan en un aspecto importante de nuestra vida. Es lamentable que muchas personas roben cosas a empresas grandes, grandes almacenes, restaurantes u hoteles, etcétera, justificándose con el hecho de que estas empresas pueden permitírselo.
este tipo de justificación no funciona; la ley de causa y efecto continúa operando para cada uno de nosotros.
Si robamos algo, perdemos algo. Si damos, recibimos. No puede ser de otra forma...
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