¿QUÉ PODEMOS HACER ANTE EL SUFRIMIENTO DE
LOS
DEMÁS?
El Papa Francisco escribe: "Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamamiento a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos".
Papa Francisco, mensaje para la Cuaresma 2015, "Fortalezcan sus corazones".
Imagen: "Whatsoever You Do", escultura de Timothy P. Schmaltz, que retrata a Jesús como uno de los mendigos que nos piden ayuda en nuestras calles. Está inspirada en Mateo 25,40: "De cierto os digo que en cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".
LOS
DEMÁS?
El Papa Francisco escribe: "Estamos saturados de noticias e imágenes tremendas que nos narran el sufrimiento humano y, al mismo tiempo, sentimos toda nuestra incapacidad para intervenir. ¿Qué podemos hacer para no dejarnos absorber por esta espiral de horror y de impotencia?
En primer lugar, podemos orar en la comunión de la Iglesia terrenal y celestial. No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa 24 horas para el Señor, que deseo que se celebre en toda la Iglesia en los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de oración.
En segundo lugar, podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas, gracias a los numerosos organismos de caridad de la Iglesia. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro, con un signo concreto, aunque sea pequeño, de nuestra participación en la misma humanidad.
Y, en tercer lugar, el sufrimiento del otro constituye un llamamiento a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos. Si pedimos humildemente la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, confiaremos en las infinitas posibilidades que nos reserva el amor de Dios. Y podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer que nosotros solos podemos salvar al mundo y a nosotros mismos".
Papa Francisco, mensaje para la Cuaresma 2015, "Fortalezcan sus corazones".
Imagen: "Whatsoever You Do", escultura de Timothy P. Schmaltz, que retrata a Jesús como uno de los mendigos que nos piden ayuda en nuestras calles. Está inspirada en Mateo 25,40: "De cierto os digo que en cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".
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