Hoy en día muchas parejas se envuelven en relaciones no tradicionales, conocidas comúnmente como relaciones abiertas. Los tipos de relaciones abiertas son diversos. Existen las relaciones casuales, en las cuales se tienen relaciones sexuales con mínimo envolvimiento emocional.
Algunas personas se consideran “amigos con privilegios”. Estas son personas que tienen un vínculo emocional de amistad con sexo ocasional, se cuentan sus problemas y conocen como son. Típicamente tienen relaciones sexuales hasta que encuentran una pareja sentimental a largo plazo.
También existe la convivencia o relación consensual, que es muy común y el compromiso es similar al matrimonio, puede durar por años y hasta progresar hasta llegar a formalizar. Las relaciones no tradicionales pueden ocurrir entre parejas heterosexuales, homosexuales o lésbicas. El matrimonio, sin embargo, en la mayoría de las jurisdicciones sólo puede existir entre un hombre y una mujer.
Si observamos el patrón de las relaciones desde el punto de vista de incluir o no relaciones sexuales se puede decir que todos estos patrones han ocurrido siempre. Sin embargo la aceptación de las mismas parece ir en aumento, particularmente en las generaciones más jóvenes. La tradición de tener una relación donde existe un noviazgo y luego un matrimonio no se ha perdido. Simplemente ha tomado un giro donde se comienza a reconocer que existen alternativas al compromiso y exclusividad.
Hay varias razones por las cuales las relaciones no tradicionales o no serias se han vuelto algo común. Hace un siglo la expectativa de vida estaba en los 50 años aproximadamente. Eso implica que si a los 50 te mueres si escoges una pareja exclusivamente a los 18 o 20 años sólo estarías con una pareja por 30 años. Por el contrario, vemos la expectativa de hoy, que está en un promedio de 78 años, estarías unos 60 años con una misma pareja. No hay nada malo estar 60 años con la misma pareja. Sin embargo, la naturaleza humana nos dice que invariablemente habrá conflictos y que a veces no se pueden resolver. Debido a eso las relaciones modernas son más fluidas que en épocas anteriores.
La ventaja principal de las relaciones abiertas es tener placer sin ataduras. Pero un potencial problema con estas relaciones es que los seres humanos desarrollamos apego hacia aquellos con los que nos relacionamos. Es ahí donde surgen los problemas de celos y desilusiones. Muchas veces uno de los integrantes de esa pareja no tradicional se involucra emocionalmente y puede salir herido.
En la práctica de medicina sexual se ha tratado muchos casos como éstos, tanto de mujeres como hombres que han resultado muy afectados. Se percibe que las mujeres se desilusionan con más facilidad pues tienden a involucrarse más emocionalmente que los hombres. También se percibe que los hombres no se desilusionan tanto pues social mente el tener parejas casuales es de mayor aceptación social. Pero en realidad ambos pueden afectarse de manera similar. Todo depende de las herramientas emocionales que tengan a su disposición.
Si se está en una relación abierta se debe tener total honestidad. Se desarrollan problemas cuando los límites se rebasan y no se respetan los acuerdos iniciales. Si en algún momento se entiende que la relación está cambiando hay que re negociar los términos de la relación. Las relaciones no tradicionales dejan de ser saludables cuando se olvida que se está compartiendo con otro ser humano y se violentan los sentimientos y la dignidad de la otra persona. Estar claros en los roles, tener expectativas realistas y ser totalmente honestos evita los desencantos no sólo en las relaciones abiertas sino en todas las relaciones humanas.
