Doy y recibo del fluir del bien de Dios.
“Para mantener la armonía perfecta, debe haber igualdad entre recibir consciente mente del Padre y dar al mundo”. Esto significa que hemos de establecer la armonía entre el dar y recibir. Así es que estoy receptivo a participar en el fluir divino de la prosperidad. Acepto gozosamente los regalos que enriquecen mi vida y los comparto generosamente según la guía divina que recibo.
Quizás elija enseñar lo que he aprendido, hacer manualidades o vivir serena mente en la Verdad y ser un ejemplo para los demás. Así como existe una gran cantidad de dones, existen maneras infinitas de dar. En armonía con el dar y el recibir, ¡recibo con gratitud y doy con gozo!
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto.—Santiago 1:17
“se feliz”
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