Protección
Soy protegido y mi bienestar es asegurado.
Si me siento perdido en el desierto de la vida, mi brújula interna del amor de Dios me señalará el camino a casa. El amor eterno de Dios me da seguridad y obra por medio de mí para resolver problemas, sanar enfermedades y vencer el rencor.
Cuando mi conciencia está llena de amor, no hay lugar para el temor. El poder del amor de Dios me protege de la duda y de la negatividad. Soy una creación preciada de Dios. Siento Su presencia en mi corazón y en mi mente.
El amor divino es mi protección. Con confianza, me convierto en un canal abierto por medio del cual el amor de Dios fluye. A medida que el amor divino me envuelve y me libra de temor, me siento protegido y recibo la seguridad de bienestar continuo.
Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce.—Salmo 91:14
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