"La iluminación, ¿qué es eso?"
Un mendigo había estado sentado más treinta años a la orilla de un camino. Un día pasó por allí
Un mendigo había estado sentado más treinta años a la orilla de un camino. Un día pasó por allí
un desconocido. "Una monedita", murmuró mecánicamente el mendigo,alargando su vieja gorra
de béisbol. "No tengo nada que darle", dijo el desconocido.
de béisbol. "No tengo nada que darle", dijo el desconocido.
Después preguntó: "Qué es eso en lo que está sentado?" "Nada", contestó el mendigo.
"Sólo una caja vieja. Me he sentado en ella desde que tengo memoria". "¿Alguna vez ha mirado
lo que hay dentro?", preguntó el desconocido. "No" dijo el mendigo. "¿Para qué?
No hay nada dentro".
lo que hay dentro?", preguntó el desconocido. "No" dijo el mendigo. "¿Para qué?
No hay nada dentro".
"Échele una ojeada", insistió el desconocido. El mendigo se las arregló para abrir la caja. Con asombro, incredulidad y alborozo, viò que la caja estaba llena de oro.
Yo soy el desconocido que no tiene nada que darle y que le dice que mire dentro. No dentro de una caja como en la parábola, sino en un lugar aún más cercano, dentro de usted mismo.
"¡Pero yo no soy un mendigo! ", le oigo decir.
Yo soy el desconocido que no tiene nada que darle y que le dice que mire dentro. No dentro de una caja como en la parábola, sino en un lugar aún más cercano, dentro de usted mismo.
"¡Pero yo no soy un mendigo! ", le oigo decir.
Los que no han encontrado su verdadera riqueza, que es la alegría radiante del Ser y la profunda e inconmovible paz que la acompaña, son mendigos, incluso si tienen mucha riqueza material.
Buscan afuera mendrugos de placer o de realización para lograr la aceptación, la seguridad o el amor, mientras llevan dentro un tesoro que no sólo incluye todas esas cosas sino que es infinitamente mayor que todo lo que el mundo pueda ofrecer.
Qué significa ser pobre?
Un Padre económicamente acomodado, queriendo que su hijo supiera lo que es ser pobre, lo llevó para que pasara un par de días en el monte con una familia campesina.
Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo. En el carro, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo
—¿Qué te pareció la experiencia?...
Buena, contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
—Y... ¿qué aprendiste?, insistió el padre...
El hijo contestó:
Pasaron tres días y dos noches en su vivienda del campo. En el carro, retornando a la ciudad, el padre preguntó a su hijo
—¿Qué te pareció la experiencia?...
Buena, contestó el hijo con la mirada puesta a la distancia.
—Y... ¿qué aprendiste?, insistió el padre...
El hijo contestó:
- Que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro.
- Nosotros tenemos una piscina con agua estancada que llega a la mitad del jardín... y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde hay pececitos, berro y otras bellezas.
- Que nosotros importamos linternas del Oriente para alumbrar nuestro jardín...mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.
- Nuestro patio llega hasta la cerca...y el de ellos llega al horizonte.
- Que nosotros compramos nuestra comida;...ellos, siembran y cosechan la de ellos.
- Nosotros oímos CD's... Ellos escuchan una perpetua sinfonía de bimbines, chuíos, pericos, ranas, sapos cocorrones y otros animalitos....todo esto a veces dominado por la sonora saloma de un vecino que trabaja su monte.
Nosotros cocinamos en estufa eléctrica...Ellos, todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.
Para protegernos nosotros vivimos rodeados por un muro, con alarmas.... Ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
Nosotros vivimos 'conectados' al celular, a la computadora, al televisor...
Ellos, en cambio, están 'conectados' a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.
El padre quedó impactado por la profundidad de su hijo...y entonces el hijo terminó:
Gracias papá, por haberme enseñado los pobres que somos! Cada día estamos mas pobres de espíritu y de apreciación por la naturaleza que son las grandes obras de nuestro creador. Nos preocupamos por TENER, TENER, TENER Y MAS TENER en vez de preocuparnos por SER.
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