DESECHA EL ORGULLO
El orgullo es comúnmente llamado "el pecado de las alturas", pues nos
hace ver una realidad superior a la de nosotros mismos, que no es real.
Nos eleva a una posición más alta al compararnos con los demás. El
orgullo es muy peligroso y atenta contra el crecimiento espiritual. Los
logros o metas que hayamos conseguido en la vida, si decimos que somos
cristianos, todo ha sido dado por Dios, por la absoluta Gracia del Señor.
¡Todo el mérito es para Él!.
Debemos aprender a controlar lo que decimos por nuestra boca, pues lo
que hablamos fluye de nuestro corazón. Un corazón recto no camina por
el sendero del orgullo y el querer mostrarse "superior" a los demás, sino
por el camino de la fe, donde allí hace habitación permanente la humildad.
sería interesante en este momento hacer un alto, y pesar cuáles son las
motivaciones interiores que nos hacen ser y parecer una persona orgullosa,
, y pedir la ayuda de nuestro Dios para desecharlas. Confía en el Señor.
CONFESIÓN DE FE: DESECHO DE MI VIDA EL ORGULLO, PARA TENER
UN ALMA RECTA Y HUMILDE A LOS OJOS DEL SEÑOR.
Oración: Padre, controla por favor mi hablar, especialmente con mis
compañeros de trabajo, mis amigos y mis hermanos de la iglesia. Ayúdame a
que no fluya de mí ese orgullo competitivo que quiere imponerse a los demás.
Produce en mí, por tu Espíritu, el santo carácter de la humildad. gracias en el
nombre de Jesús, amén.
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