Consuelo
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Cuando experimento una pérdida profunda, me apoyo en el aliento que me brinda la comprensión divina. El salmista habla del consuelo de “tu vara y tu cayado”, simbolizando la fortaleza infalible de Dios. La presencia divina me sostiene y me consuela cuando me siento afligida.
Confío en el amor y en el poder morador de Dios para que sane mi corazón y restaure mi paz. No necesito saber cuándo o cómo cambiarán las circunstancias. Sencillamente, abro mi corazón a la presencia de Dios aquí y ahora. Fortalecida y en paz, avanzo con mi vida ... fuera del valle de sombra y hacia la luz. Siento gratitud por el consuelo sanador de la presencia de Dios.
Aunque ande en valle de sombra … no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.—Salmo 23:4
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