¿EL TIEMPO SE TE PASA VOLANDO?
Una opinión divina que un día recibí cuando me di cuenta de la aceleración continua de muchos actos de mis días,
fue la de detenerme en el momento que percibiera que ya ese ritmo se iba de las manos, y hacer lo que tuviera que hacer en “cámara lenta”.
Si, tan lentamente como si se tratase de una escena de cine en la cual el efecto visual especial, mostrase una imagen de tiempo real absolutamente “alentada”.
fuera lo que hiciese, lavarme la cara, subir una escalera, escribir o leer, o incluso hablar, esto debía ser en “cámara lenta”, tardando mucho más que lo habitual.
Más allá del humor que esta explicación pueda generar, no dejen de experimentarlo, los resultados de la cámara lenta son sorprendentes y sobre todo, nada lentos, mas bien vertiginosos en su efecto de calmar los decibles mentales de la ansiedad que hace que sigamos acelerando la vida.
La química interna responde a la orden cerebral.
El movimiento lento reduce instantáneamente la carrera desesperada por hacer en lugar de simplemente detenernos a ser.
eso es fundirse en aquello que hacemos como si fuera lo único y más perfecto, sin dejar que la mente deambule por varios deseos simultáneos que no tienen nada que ver con el presente del acto que está sucediendo en este instante.
Una opinión divina que un día recibí cuando me di cuenta de la aceleración continua de muchos actos de mis días,
fue la de detenerme en el momento que percibiera que ya ese ritmo se iba de las manos, y hacer lo que tuviera que hacer en “cámara lenta”.
Si, tan lentamente como si se tratase de una escena de cine en la cual el efecto visual especial, mostrase una imagen de tiempo real absolutamente “alentada”.
fuera lo que hiciese, lavarme la cara, subir una escalera, escribir o leer, o incluso hablar, esto debía ser en “cámara lenta”, tardando mucho más que lo habitual.
Más allá del humor que esta explicación pueda generar, no dejen de experimentarlo, los resultados de la cámara lenta son sorprendentes y sobre todo, nada lentos, mas bien vertiginosos en su efecto de calmar los decibles mentales de la ansiedad que hace que sigamos acelerando la vida.
La química interna responde a la orden cerebral.
El movimiento lento reduce instantáneamente la carrera desesperada por hacer en lugar de simplemente detenernos a ser.
eso es fundirse en aquello que hacemos como si fuera lo único y más perfecto, sin dejar que la mente deambule por varios deseos simultáneos que no tienen nada que ver con el presente del acto que está sucediendo en este instante.
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