Tranquilidad
Siento calma y tranquilidad.
La vida puede ser agitada, mas en vez de correr de una actividad a otra, recuerdo: “Poco a poco”. Voy despacio y disfruto plenamente de cada momento de mi vida.
A través del día, me sosiego haciendo pausas frecuentes de oración y meditación. Al centrar la atención en mi interior, me doy cuenta de que mi respiración se torna cada vez más armoniosa. En un momento de quietud, siento la presencia de Dios en mí. Estoy envuelta en santidad en la calma del Espíritu.
Este breve descanso me ayuda a serenarme y estar receptiva al gozo de estar viva. Estoy despierta, consciente y en el fluir a medida que continúo con mi día pausada y tranquilamente.
Pero el que me escuche vivirá confiadamente, estará tranquilo.—Proverbi
Bendiciones,
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